Un equipo de investigadores ha identificado posibles mecanismos biológicos que explicarían por qué las vacunas contra COVID-19 basadas en ARN mensajero (ARNm) pueden, en casos muy poco frecuentes, desencadenar miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco. La miocarditis postvacunación ha sido documentada principalmente en adolescentes y adultos jóvenes varones y, aunque sigue siendo extraordinariamente rara, ha generado interés científico para comprender mejor sus causas

Un estudio reciente señala que ciertas señales del sistema inmune —específicamente las proteínas señalizadoras llamadas citocinas CXCL10 e interferón-gamma (IFN-γ)— pueden activarse tras la vacunación con ARNm y desencadenar una respuesta inflamatoria que afecta al tejido cardíaco. Estas citocinas son producidas por células inmunitarias como los macrófagos y los linfocitos T. En estudios experimentales, altos niveles de estas sustancias se asociaron con inflamación y lesión cardíaca, aunque los científicos lograron reducir estos efectos al bloquear la actividad de esas citocinas en modelos de laboratorio.

Los investigadores enfatizan que la miocarditis vinculada a las vacunas es muy rara y que las vacunas de ARNm han demostrado ser altamente eficaces y seguras para prevenir la enfermedad grave por COVID-19. Además, la infección por SARS-CoV-2 en sí misma representa un riesgo mayor de causar inflamación cardíaca que la vacunación. La mayoría de los casos observados luego de la vacunación han sido leves y con recuperación completa tras intervención médica.

Los hallazgos de estos estudios son importantes para entender mejor la biología detrás de este efecto secundario infrecuente y pueden ayudar a perfeccionar futuras vacunas y estrategias para minimizar riesgos sin comprometer los beneficios protectores que ofrecen estas herramientas de salud pública.

Redacción: #TQHTeam