Llegar a la cama con la mente llena de pendientes, preocupaciones o conversaciones que ya pasaron es una experiencia más común de lo que parece. El problema es que, cuando el sobrepensar aparece por la noche, el descanso se vuelve difícil y el insomnio se convierte en un hábito. La buena noticia es que existen trucos sencillos que pueden ayudar a calmar la mente antes de dormir.
Uno de los primeros pasos es crear una rutina nocturna clara. Realizar las mismas actividades cada noche —como apagar pantallas, bajar la intensidad de las luces o escuchar música tranquila— le envía al cerebro la señal de que es momento de descansar. Evitar el uso del celular o la computadora al menos 30 minutos antes de dormir también reduce la sobreestimulación mental.

Otro truco efectivo es “sacar los pensamientos de la cabeza”. Escribir en una libreta todo aquello que preocupa o queda pendiente para el día siguiente ayuda a liberar la mente. No se trata de resolver los problemas en ese momento, sino de reconocerlos y posponerlos conscientemente hasta la mañana.
La respiración consciente es otra herramienta clave. Respirar de forma lenta y profunda durante unos minutos puede disminuir la ansiedad y bajar el ritmo de los pensamientos. Técnicas simples, como inhalar contando hasta cuatro y exhalar contando hasta seis, favorecen la relajación.
Finalmente, es importante ser paciente con uno mismo. Sobrepensar no se elimina de un día para otro, pero con pequeños cambios constantes es posible recuperar noches más tranquilas y un descanso de mejor calidad.
Redacción: #TQHTeam

