Coca‑Cola ha confirmado que este otoño de 2025 lanzará en Estados Unidos una versión de su cola clásica endulzada con azúcar de caña producida en EE. UU., sumándose al portafolio actual basado en jarabe de maíz (high‑fructose corn syrup o HFCS).
Este anuncio llega luego de que el expresidente Donald Trump afirmara en redes sociales que había hablado con la compañía y que Coca‑Cola había accedido a su petición de usar “REAL cane sugar”, similar al de la versión mexicana ya muy popular entre consumidores nostálgicos. La empresa aclaró que este nuevo producto no reemplazará la versión tradicional, sino que funcionará como una opción adicional para quienes buscan una experiencia diferenciada.
El cambio responde también a un contexto político‑industrial complejo: mientras Trump y el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr. respaldan esta versión como alineada a la iniciativa “Make America Healthy Again”, criticando al HFCS por su impacto en la salud, muchos expertos en nutrición señalan que no hay diferencia significativa en salud entre el HFCS y el azúcar de caña, pues ambos aportan calorías vacías.
Desde el punto de vista económico, el azúcar de caña doméstico es aproximadamente 50 % más caro que el jarabe de maíz, por las barreras arancelarias y subsidios agrícolas que favorecen el maíz. Por ese motivo, diversos sectores agrícolas advierten sobre posibles efectos negativos en el empleo y el déficit comercial si la demanda de azúcar aumenta.
Por otro lado, los analistas del sector ven en este lanzamiento una jugada estratégica: una forma de experimentar con nichos de consumidores dispuestos a pagar más por una versión premium, rememorando el éxito de la ahora icónica “Mexican Coke”. Sin embargo, también se advierte el riesgo de altos costos de marketing y limitada tracción entre los consumidores habituales
Redacción: #TQHTeam