El Instituto Nacional Electoral (INE) sorprendió a todos al utilizar inteligencia artificial para recrear la voz de Ricardo Brust, actor de doblaje conocido por dar vida a personajes como el Capitán Ginyu en Dragon Ball Z. ¿El motivo? Una campaña para incentivar la participación ciudadana. ¿El problema? No pidieron permiso.
La voz fue clonada con tecnología de IA generativa y utilizada en un spot donde se escucha un tono muy similar al del actor. Esto desató una ola de críticas en redes sociales, especialmente por parte de la comunidad del doblaje, quienes señalaron que este tipo de acciones no solo violan derechos de voz e imagen, sino que sientan un peligroso precedente.
El propio Ricardo Brust reaccionó en redes calificando el uso de su voz como un acto indebido, asegurando que nunca autorizó esa grabación ni fue consultado por el INE. Aunque la institución ha dicho que no usó su voz literal, sino una “simulación sin identidad específica”, el parecido es evidente para quienes conocen su trabajo.
Este caso reabre el debate sobre los límites del uso de inteligencia artificial, los derechos de los actores de voz y la necesidad urgente de actualizar las leyes en torno a la propiedad de la voz en México.
La tecnología avanza, sí. Pero la ética no puede quedarse atrás.
Redacción: #TQHTeam