Laika: la perrita que abrió el camino al espacio

Laika: la perrita que abrió el camino al espacio

El 3 de noviembre de 1957, el mundo miró al cielo y vio algo que cambiaría la historia: el Sputnik 2, el segundo satélite enviado por la Unión Soviética. Dentro no viajaba un humano, sino Laika, una pequeña perra callejera de Moscú que se convirtió en el primer ser vivo en orbitar la Tierra… aunque nunca regresó.

Laika fue elegida por su tamaño, su resistencia y su carácter tranquilo. Era una mestiza sin raza definida, encontrada en las calles frías de la capital soviética. Los científicos creían que un animal acostumbrado a sobrevivir en condiciones duras soportaría mejor el estrés del viaje espacial.

Pero detrás del orgullo científico había una verdad difícil de aceptar: no existía un plan para traerla de vuelta. El objetivo de la misión era probar si un ser vivo podía soportar las condiciones del espacio, aun sabiendo que Laika moriría en el intento.

Durante años se dijo que había sobrevivido varios días en órbita, pero en 2002 se reveló la verdad: Laika murió apenas unas horas después del lanzamiento, debido al calor extremo dentro de la cápsula. Su sacrificio, sin embargo, abrió el camino para futuras misiones espaciales tripuladas, incluido el primer vuelo humano de Yuri Gagarin en 1961.

Hoy, Laika es recordada no solo como una heroína de la ciencia, sino como un símbolo de empatía y reflexión sobre los límites éticos del progreso. En Moscú, una estatua la honra junto a un cohete, recordando que incluso las grandes hazañas tienen un costo… y que a veces, quienes más aportan a la historia, no pueden contarla.

Redacción: #TQHTeam

Deja un comentario