Don Benito Juárez un ejemplo del personalismo en la vida política de México

Don Benito Juárez un ejemplo del personalismo en la vida política de México

Gracias, Don Benito por el mega puente escolar tan necesario para la comunidad escolar, lástima que algunas y algunos no tuvieron acceso a él, y también lo necesitan, en un país donde la explotación laboral es la norma.

 

 

LA CÁTEDRA 

Por: Mario Kato

 

 

La mayor herencia del festejado este 21 de marzo, es decir, de Benito Juárez García, el “Benemérito de las Américas”, es la separación de la iglesia del estado en términos formales y la creación de la vida “Civil”.

El pequeño o gran error de la sociedad mexicana es enaltecer a un solo personaje, al que fue el capitán del barco por un sinfín de circunstancias… La época de la Reforma no hubiera sido posible en México, sin toda una generación de personajes liberales, que han constituido quizá la generación política más brillante e íntegra que hemos tenido en nuestra vida de país independiente.

Sebastían Lerdo de Tejada, Vicente Riva Palacio, Ignacio Ramírez el Nigromante, Ignacio Manuel Altamirano, Leandro Valle, Guillermo Prieto, Ignacio Zaragoza… Toda una generación de grandes pensadores que crearon e impulsaron reformas al estado que le quitaban a la iglesia el poder formal, aunque mantuvo el poder simbólico muchos años más.

Cualquiera que no fuera Benito Juárez demostró más brillantes que el elogiado, no solo fueron políticos, sino también generales que defendieron la república durante la invasión francesa, fueron editores y escritores de periódicos artesanales que contrarrestaban el cerco mediático conservador.

Fueron poetas, dramaturgos, novelistas, maestros… intelectuales en todo el sentido de la palabra. Lamentablemente la historia oficial los ha mandado al sótano del olvido, si acaso sus nombres bautizan calles o escuelas, pero su obra no se promociona como debería.

Y todo el reconocimiento de esa herencia de los ilustrados del siglo XIX, la ha centrado el oficialismo en una sola figura, la de Benito Juárez, el discurso romántico del “Indio” que se superó y logró ser presidente de la república, adulación al arquetipo y por abajo “bolas”, cientos de años de marginación, represión, explotación y abandono a las naciones nativas del México Prehispánico.

Además, poco hablamos que Don Benito estuvo a dos pasos de ser un dictador, se mantuvo en poder por décadas sin haber sido votado, se aferró al poder, con la reelección que le criticó otro oaxaqueño que fue soldado fiero contra los franceses, un tal Porfirio Díaz.

De acuerdo, Benito Juárez es un personaje importante de nuestra historia, fue el director de la orquesta de la generación con mayor intelectualidad y congruencia de nuestra historia a mi juicio, pero hasta ahí.

El sistema educativo debe explicar la REFORMA, como un proceso posible por el colectivo de personas que la defendieron con su vida, y no solo centrar los homenajes en un solo personaje.

El personalismo en la política de México es un cáncer, nos encantan los caudillos, y eso mina nuestra vida institucional, pasó en los primeros gobiernos posrevolucionarios, y pasa hoy que tenemos a un “Rockstar” dirigiendo al país, un excelente político de oposición que al llegar al poder se quedó atrapado en su papel de militante y se ha negado ser un estadista, aún teniendo todas la condiciones a su favor para serlo.

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