Los carritos de Alito

Los carritos de Alito

En días pasados la comiquísima Gobernadora del Estado de Campeche, conocida por su peculiar estilo de gobernar y vestir, presentó una denuncia formal ante el SAT, contra el ex gobernador del mismo estado y actual flamante dirigente nacional del PRI, por la presunta adquisición de dos autos deportivos “MAC CLAREN” por la cantidad de 19 millones de pesos.

Es momento de tratar de entender a  en su testarudez de mantenerse juntos a pesar de la obvia corrupción y enriquecimiento ilícito que reina en la dirigencia nacional del PRI.

 

 

Cuando analizo una institución o un organismo, tiendo a preguntarme ¿para qué fue hecha? Posteriormente, ¿está cumpliendo con su misión? Después si encuentro, como este caso, que no cumple con la misma, lanzo el planteamiento, ¿el costo-beneficio de reformarla es redituable para el país? Y por último, si quienes dirigen dicha institución tienen la voluntad y el ánimo de emprender esa reforma. Hagámoslo con el PRI.

¿Para qué fue hecho?
Según su lema “Democracia y Justicia Social”, juzgue usted, estimado y estimada lectora.

¿Está cumpliendo con su misión?
Nació prácticamente con la visión contemporánea de México, el día de su nacimiento el PRI, durante la Segunda Convención de su predecesor el PRM, se definió a sí mismo como “menos radical que el anterior PRM, el ahora PRI, reconoce ‘la existencia de la lucha de clases como fenómeno inherente al régimen capitalista’”; reitera su compromiso de colaboración con las mayorías populares; declara que pugnará por continuar la reforma agraria y por mantener la preeminencia económica del Estado, entre otros postulados.

Luego entonces, vuelva a juzgar usted…

¿Vale la pena reformarla?
Permítanme externar mi juicio, a mi ver, desde su nacimiento se mentía a sí mismo: sí, decían que buscaban la democracia y arrebataban lo que les ganaba, buscaban la justicia social y México, pues, ¿es necesario explicar?

¿Hay voluntad de mejorar?
A mi ver, el PRIyismo (por así llamar a quienes toman y han tomado las decisiones por el PRI en los últimos años), entiende el cambio o la mejora como la adaptación a los procesos de comunicación y conquistar elecciones, más allá de tener un plan de cómo llevar a México a la prosperidad y justicia social. Lo que nos dice que lo que a ellos les impulsa y motiva, es el poder y el capital, es la certeza de tener el erario a disposición, no forjar ciudadanos, no sembrar democracia, no, al PRI lo que lo motiva es GANAR y tener PODER.

 

 

Y aquí es donde empiezan los pleitos con muchos de mis amigos priistas, que sacan la carta de: “Pa’ eso son los partidos políticos” bajo su lógica, los partidos son mecanismos para ganar las elecciones, el deber ser, dista mucho de sus análisis, es más, ni lo contemplan en la ecuación, no entra en su altura de miras, no está en el radar, el deber ser es para las fotos y los reels de Instagram.

Alito Moreno es el último eslabón de una cadena de dirigentes partidistas que no han tenido un sueño, que nunca soñaron con mejorar su entorno, son esos jóvenes que cuando les preguntabas por qué estaban el PRI, te decían que porque pagan, todos los conocemos. Si vemos las cosas con claridad y si queremos acabar con el síntoma (AMLO), tenemos que arrancar la enfermedad de raíz (Partidocracia).

Prefieren “hacerse tontos” y esperar que el de enfrente caiga en desgracia, para así captar los votos como el menos peor, que realmente ser una opción, porque ser opción implica ser congruente y ser congruente en temas económicos no cualquiera, ya vimos al señor del billete de doscientos pesos enmicado y el hijo en suelas de miles de pesos.

Cuentan en el rancho la historia de la monja y la prostituta, pero esa historia, esa se las dejo para después.

 

– Les dijo 1 loco.

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