Seguro la has visto colgando feliz desde una repisa, en una oficina o adornando el baño de tu tía. La planta teléfono, también conocida como pothos o Epipremnum aureum, es una de las favoritas del mundo vegetal. ¿La razón? Es bonita, resistente y prácticamente inmortal (o bueno, casi). Pero detrás de su fama de “planta básica” hay algunos datos curiosos que vale la pena conocer.
¿Por qué se llama “teléfono”?
El apodo viene de antaño, cuando solía colocarse cerca de los teléfonos de línea fija (sí, esos de cable y disco), ya que ayudaba a decorar sin estorbar. Además, sus largas guías colgantes parecían los cables enredados del auricular.
Cuidados: ¿fácil? Más bien facilísima
El pothos es ideal para principiantes y olvidadizos. Solo necesita:
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Luz indirecta (aunque sobrevive con poca).
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Riego una vez a la semana (o cuando notes la tierra seca).
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Podas ocasionales para controlar el tamaño y estimular el crecimiento.
Y si le hablas bonito, probablemente también te escuche… aunque eso no lo podemos garantizar científicamente.
¿Es tóxica?
Sí, pero que no cunda el pánico. La planta teléfono contiene oxalatos de calcio, que pueden causar irritación en la boca y problemas estomacales si es ingerida por mascotas o humanos. Así que:
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No es comestible.
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Mantenla lejos de tus lomitos o michis curiosos.
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También fuera del alcance de los peques.
Un toque verde que nunca falla
En resumen, es una planta decorativa, resistente y muy agradecida. Si buscas darle vida a tu espacio con poco esfuerzo (y cero drama), el pothos es la opción perfecta… solo recuerda no incluirlo en la ensalada.
Redaccción: #TQHTeam